El dolor lumbar es una de las molestias más comunes en la población, y aunque muchas veces se atribuye al esfuerzo físico o al envejecimiento, existen causas menos conocidas (pero igual de importantes y frecuentes) que pueden estar detrás de este problema.
» Posturas poco eficientes y pelvis descompensada
Una mala alineación de la pelvis, ya sea por descompensación, bloqueo articular o una posición inadecuada, puede alterar la biomecánica de la columna lumbar. Esto genera tensiones anormales en los músculos, ligamentos y articulaciones, provocando dolor incluso sin una lesión directa.
» Disfunciones en otros segmentos del cuerpo
El cuerpo trabaja como una cadena interconectada. Disfunciones en tobillos, rodillas, caderas o incluso en la zona cervical pueden generar compensaciones que sobrecargan la región lumbar. Por ejemplo, una pisada ineficiente puede alterar la postura y aumentar el estrés en la parte baja de la espalda.
» Causas viscerales
Aunque menos conocidas, ciertas alteraciones en órganos internos como: el intestino, riñones o útero, pueden generar dolor referido en la zona lumbar. Este dolor no responde a los tratamientos musculoesqueléticos tradicionales porque su origen es interno y neurológicamente reflejado en la espalda.
¿Cómo puede ayudarte la fisioterapia?
La fisioterapia no solo trata los síntomas, sino que busca identificar y corregir la causa real del dolor.
✔️ A través de una evaluación postural detallada, se detectan desequilibrios pélvicos y patrones de movimiento ineficientes.
✔️ El tratamiento funcional aborda disfunciones en otras zonas del cuerpo que puedan estar contribuyendo al problema lumbar.
✔️ En casos de origen visceral, el abordaje desde la terapia manual visceral y técnicas integrativas puede aliviar las tensiones reflejas que afectan la zona lumbar.
Ejemplos de casos reales que ilustran estas causas
- CASO 1: Dolor lumbar por disfunción de la articulación temporomandibular (ATM)
Un paciente de 35 años acudió con lumbalgia persistente que no respondía a ejercicios de fortalecimiento. Durante la evaluación se identificó una disfunción en la ATM (mandíbula) con bruxismo nocturno. Al liberar la musculatura cervical y mandibular, y mejorar la postura de la cabeza, disminuyó notablemente la tensión lumbar.
⇒ Relación clave: cadena miofascial posterior y compensaciones posturales ascendentes.
- CASO 2: Dolor lumbar con origen visceral (colon irritable)
Una mujer de 42 años consultó por dolor lumbar bajo y sensación de rigidez, especialmente en las mañanas. Tenía antecedentes de colon irritable y disbiosis intestinal. La valoración fisioterapéutica reveló una hiperactividad del sistema nervioso autónomo y tensión visceral en zona abdominal. Se combinaron técnicas de terapia visceral, trabajo diafragmático y regulación del tono vagal, además de suplementación con enfoque PNI.
⇒ Resultado: mejoría del dolor lumbar y del tránsito intestinal en pocas sesiones.
- CASO 3: Dolor lumbar en trabajador de oficina por patrón respiratorio disfuncional
Un hombre de 40 años, administrativo, consultó por dolor lumbar sordo al final del día. No presentaba hallazgos en imágenes ni lesiones aparentes. Durante la evaluación se observó una respiración torácica superior con poca activación diafragmática, lo que generaba rigidez en costillas inferiores y en columna dorsal, la cual estaba siendo compensada a través de hiperactividad lumbar y abdominal. El trabajo sobre la respiración, el control postural y la movilidad torácica fue clave para su recuperación.
⇒ Conclusión: la respiración también impacta en la estabilidad lumbar.
¿Tienes dolor lumbar que no mejora con lo habitual?
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