«TU DOLOR DE CABEZA Y CUELLO: POR QUÉ EL ORIGEN PUEDE ESTAR EN OTRA PARTE DEL CUERPO Y NO EN EL CUELLO «
Muchas personas llegan a fisioterapia buscando una solución al dolor cervical o a las cefaleas tensionales. Sin embargo, no siempre basta con trabajar “donde duele”. El cuerpo funciona como un todo, y diferentes sistemas pueden estar influyendo en cómo se manifiesta tu dolor.
Si nos limitamos únicamente a técnicas convencionales en la zona cervical, podemos aliviar temporalmente, pero el problema puede volver. Por eso, en un enfoque global miramos más allá:
1. El enfoque PNI (Psiconeuroinmunología)
El estrés, la calidad del sueño, la alimentación o incluso el estado emocional influyen directamente en la musculatura del cuello y en la sensibilidad al dolor.
- Ejemplo: una persona con estrés crónico activa constantemente la musculatura cervical y la mandíbula, favoreciendo cefaleas tensionales.
2. Terapia visceral
Los órganos internos están conectados con la postura y con la tensión muscular a través de ligamentos y fascias.
- Ejemplo: una alteración digestiva puede generar restricciones en el diafragma, lo que repercute en la movilidad de la columna dorsal y cervical.
3. Cadenas musculares
El cuerpo trabaja en cadenas. Si hay desequilibrio en pies, cadera o mandíbula, la zona cervical se ve obligada a compensar.
- Ejemplo: una mala pisada puede alterar la alineación de la columna, cargando la zona craneocervical sin que el cuello sea el verdadero origen.
4. Terapia somática
Las experiencias emocionales no resueltas a menudo se “guardan” en el cuerpo en forma de tensión. El cuello y los hombros son zonas clásicas de somatización.
- Ejemplo: personas con periodos de ansiedad o duelo refieren rigidez cervical persistente que no mejora solo con ejercicios o masajes.
Caso clínico: cuando el cuello no era el verdadero culpable
- Paciente: 38 años, profesora de secundaria.
- Motivo de consulta: dolor cervical constante desde hace más de un año, acompañado de cefaleas tensionales varias veces por semana. Había probado fisioterapia convencional (masajes y calor local), pero el alivio duraba poco.
Evaluación inicial
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Exploración cervical: rigidez en rotación y flexión, con dolor a la palpación en trapecios y suboccipitales.
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Postura global: cabeza adelantada, hombros en rotación interna y ligera hiperlordosis lumbar.
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Cadenas musculares: se observa una retracción de la cadena posterior (desde la fascia plantar hasta la nuca), con limitación en flexión de tronco y tensión marcada en isquiotibiales.
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Otros factores: sedentarismo, largas horas corrigiendo exámenes sentada y poca actividad física.
Razonamiento clínico
El dolor de Laura no era solo “un problema de cuello”: su cadena muscular posterior estaba en tensión continua, obligando a la zona craneocervical a compensar. Por eso, aunque trataba el cuello localmente, el problema regresaba.
Intervención
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Trabajo manual en cuello y trapecios para reducir la tensión inicial y dar alivio.
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Liberación progresiva de la cadena posterior: estiramientos globales, técnicas miofasciales en isquiotibiales y fascia plantar.
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Reeducación postural: ejercicios para activar la musculatura estabilizadora profunda (cervical y abdominal).
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Educación: pautas de ergonomía en el aula, introducción de pausas activas y recomendaciones de movimiento diario (caminatas y ejercicios suaves en casa).
Evolución
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Semana 2: menos cefaleas, aunque todavía notaba rigidez al final del día.
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Semana 4: mejoría notable de la movilidad cervical, disminución de la frecuencia de dolores de cabeza y sensación de ligereza en la postura.
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Semana 8: dolor cervical reducido más del 70%. La paciente refirió “sentirse más erguida y con menos peso en los hombros”.
En resumen: el cuello era solo la zona de “alarma”, pero la causa estaba en un desequilibrio global de la cadena posterior. Al abordarlo de forma integral, los síntomas no solo mejoraron, sino que dejaron de repetirse con la misma intensidad.
Si tu dolor de cuello o cabeza vuelve una y otra vez, quizá el origen no esté solo en el cuello. Con un enfoque integral podemos encontrar la causa real y ayudarte a recuperarte de forma duradera. Pide tu cita hoy mismo y empieza a dar el primer paso a sentirte mejor.